viernes, 22 de marzo de 2024

De la tragedia de la victoria, todos los gobiernos son culpables

Por Gregorio Moya E.
Allí, bajo la cárcel, la fábrica del llanto, el telar de la lágrima que no ha de ser estéril, el casco de los odios y de las esperanzas, fabrican, tejen, hunden. -Miguel Hernández, Poeta presidiario y mártir- La prensa trae la noticia de que subieron a 12 este miércoles 20 de marzo de 2024, los privados de libertad fallecidos como consecuencia del incendio registrado en la Penitenciaria Nacional de La Victoria. Esperemos que “el telar de lagrima” no sea estéril como dijo el poeta. Ojalá que la semilla de la tragedia caiga en buena tierra, que encuentre el suelo fértil que no ha encontrado en esta sociedad y los gobiernos que ha tenido. Porque nada justifica la vida calcinada, la muerte socialmente distribuida como siempre, y la desidia, la indiferencia de la sociedad, sus partidos, sus iglesias, clubes, sindicatos, los gobiernos y la sociedad civil, con honrosas excepciones. Y esto no es un resultado del azar. No. “La causa última de los problemas de las cárceles, de los problemas de la inmensa mayoría de las personas que se encuentran en ellas, es la pobreza y marginación existentes en nuestra sociedad, y por tanto la injusticia social generada por el sistema capitalista (en otros aspectos tan eficaz)” . Las cárceles juegan un papel fundamental en la dominación. Ante la repetida tragedia de las muertes multiplicadas en las cárceles, ante el debate de los antiguos gobernantes y los actuales, entre ese tirarse la culpa a unos y otros, hay que decir que todos son culpables, a todos le importa un carajo que pasa en las cárceles, porque, en fin, por más que se rieguen los presos, están controlados, aislados, apestados, sin derechos, ni siquiera a la vida, ya no a la dignidad, la cual se las han arrancado como ropa a las personas violadas.

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