Por Gregorio Moya E
No soy economista, solo un ciudadano que le preocupa la marcha económica del país, sobretodo, la orientación económica que comporta el presupuesto anual de la nación, como herramienta de la política económica, que va a contribuir al desarrollo o no de la nación y el progreso del pueblo.
El 96.2% de los ingresos corrientes del gobierno se ha planificado sacarlo de los impuestos, y como el 71.7% de los impuestos son indirectos, sobre todo por consumo, significa que es el pueblo que cubrirá de manera esencial los gastos corrientes. Los expertos en política impositiva y los estudios realizados en el país establecen que son los trabajadores y la clase media los que cubren entre un 70 y un 80 por ciento de la carga impositiva. Para decirlo en el lenguaje de los economistas, la estructura impositiva del país es regresiva, es decir, que quienes pagan más impuestos son los que menos ganan.
Es por ello qué, quienes pagamos los impuestos tenemos derecho a demandar en que se invierta, y no hay mejor inversión que la educación.
Podemos diferir pagos de la deuda externa, podemos hacer más lenta la construcción del metro, podemos y debemos recortar los fondos a Despacho de
Lo que es perverso es seguir relegando la educación, permitir que sigan niños dispendiando sus potenciales es una iniquidad propio de partidos, funcionarios y dirigentes políticos que solo atienden a su espurios intereses.