Por Gregorio Moya E.
A comienzo de 2019 inició el Sistema Único de Salud
de Bolivia, que universaliza la protección de la salud por parte del sistema de
salud, por su carácter público y gratuito, constituyéndose en un sistema universal
de atención en salud que proyectaba dar cobertura a 6 millones de bolivianos
excluidos. Un gran paso para uno de los países más empobrecidos de América
Latina, y que con el Movimiento Al Socialismo ha comenzado a salir del marasmo.
Este fue un paso fundamental en la dirección de
reconocimiento de derechos, del gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS)
encabezado por Evo Morales, un luchador social que el pueblo lo convirtió en presidente
para mejor suerte de los bolivianos.
El SUS que inició el 1 de marzo de este 2019,
financiado con recursos del presupuesto de la nación, como debe ser, según el director
de Sistemas de Salud de OPS, el Dr. James Fitzgerald, “el Sistema Único de
Salud que propone Bolivia se presenta como una oportunidad, por un lado, y un
reto, por otro lado. Bolivia está en un momento de oro para tomar decisiones
profundas que tendrán impacto en la salud de los bolivianos de aquí a 40 años”.
Y es que el fundamento de la universalidad de la
atención en Bolivia con el SUS se basa en el reconocimiento y cumplimiento del
acceso a servicios de salud para todos como derecho fundamental, y como tal, es
el Estado quien tiene que garantizarlo, independientemente de la condición
social, laboral o de cualquier índole de los ciudadanos. Esta universalidad no
es la promovida cobertura universal, que es diferenciada según los ingresos de
la población, si se tiene empleo o no.
Este paso fundamental de Bolivia y los gobiernos progresistas
del MAS están amenazados, como todas las conquistas democráticas, sociales y la
soberanía de la nación, por el artero golpe de estado que como todos los de
América Latina se basan en la mentira y son patrocinados por las embajadas de
Estados Unidos de América.
Los latinoamericanos debemos expresar nuestro rechazo al golpismo, al neoliberalismo y a la intromisión de los Estados Unidos de América en los asuntos de los pueblos y naciones soberanas. Combatir el golpismo de derecha, defender las conquistas sociales democráticas en Bolivia pasa por defender la continuidad democrática que ha sido alterada por un golpe de Estado basado en la mentira.
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