lunes, 4 de noviembre de 2024

Por un sistema de seguridad social que brinde tranquilidad a la población

Por Gregorio Moya E. En la República Dominicana, la población trabajadora enfrenta una creciente angustia cuando se aproxima a la edad de jubilación debido a la incertidumbre sobre su futuro una vez que ya no pueda seguir trabajando de manera remunerativa y vea reducir o perder todos sus ingresos.
Los profesionales, que suelen tener una mayor seguridad de acceder a una pensión, desconocen el monto exacto que recibirán al retirarse. A excepción de los maestros y los médicos, la mayoría de los trabajadores no goza de la seguridad que tienen los diputados, senadores, jueces de la Suprema Corte de Justicia y miembros de la Junta Central Electoral.
Hombres y mujeres que han dedicado su vida al trabajo, contribuyendo al sistema de seguridad social y pagando impuestos, enfrentan la incertidumbre de no saber qué les depara el futuro. Muchas de estas personas, que a pesar de su edad son el sostén de sus familias, incluidos hijos, menores o adultos, o familiares con discapacidades, sienten la angustia de pensar que podrían convertirse en una carga para esos hijos o familiares, que muchas veces dependen de ellos.
Por eso, desde la Coalición por la Seguridad Social Digna, luchamos por un régimen de seguridad social y de protección para la población vulnerable. Con la ley actual (Ley 87-01) el 80% de esta población trabajadora no podrá acceder a las mínimas prestaciones que las ARS (Administradoras de Riesgos de Salud) tienen previsto entregar al 20% que ha tenido la fortuna de trabajar 30 años ininterrumpidos para recibir una pensión precaria, que será entre el 24 y el 30% de su salario. Las personas que se acercan a los 60 años y que van a pensionarse saben que este sistema les retira de inmediato la cobertura de seguro de salud, pese a haber contribuido durante años al mismo, dejándolos desprotegidos justo cuando más lo necesitan. Es fundamental continuar la lucha para que las mujeres y los hombres de nuestro país puedan retirarse con dignidad y acceder a una pensión que cubra con modestia, pero con dignidad, sus necesidades económicas y las de sus familias.