Por Gregorio Moya E.
Todos los
sectores sensatos de la República Dominicana repudian los actos de corrupción y
la mafia que actuó en SENASA, porque la corrupción es un cáncer criminal, que
mata más que cualquier enfermedad, que enferma más que cualquier bacteria o
virus, que produce más dolor y muerte que cual dolencia o lesión.
La corrupción
es la peor enfermedad, es la muerte social, económica y física de la nación y
del pueblo dominicano, y lo peor, es su muerte moral y espiritual, las peores
formas de enfermar y morir que puede afectar a un pueblo.
La corrupción
se nutre del dolor, la desgracia, la enfermedad y hasta la muerte de seres
humanos, sobre todo de los más pobres y desvalidos a los que este sistema
económico y social condena injustamente al abandono después de extraerles con
la explotación ganancias que se apropian minorías sociales y mafias políticas.
La corrupción
en SENASA es la peor de la injusticia y del robo, corrupción que no podemos
tolerar, corruptos que deben pagar, todos, sin excepción. La condena a la corrupción
no debe detenerse ante ningún despacho, poder o figura.
La condena a
la corrupción en SENASA no debe moderarse ni ser permisiva por negociación
alguna. La condena a todos los corruptos no puede ser disminuida ni limitada,
sean funcionarios públicos corrompidos o empresarios del sector privado
corruptores los implicados. No puede ser disminuido ni limitado el peso de la
justicia ante todos los corruptos, ante los que por comisión u omisión
permitieron que por cinco años desfalcaran a SENASA y pusieran en mayor riesgo
la salud de los millones de afiliados, afectados en sus finanzas, salud y hasta
la vida.
Todas las
organizaciones sociales, populares, sindicales consecuentes, de mujeres y
jóvenes, deben abrazar la demanda airada de la población acerca de la necesidad
de castigar a todos los que participaron del fraude montado en SENASA. El trato
diferenciado a corruptos de la misma calaña es una injusticia, y es además
impunidad oficializada por el sistema de justicia. Todos los corruptos deben
ser medidos por la misma vara y pagar con cárcel, devolver lo robado con
penalización de sus bienes.
La población
debe oponerse a que los funcionarios corruptos y empresarios corruptores
devuelvan solo una parte de lo robado como el ministerio público viene actuando
con los corruptos. Los ladrones de SENASA deben devolver todo lo robado, y
deben ser expropiados sus bienes como condena adicional a sus crímenes contra
la salud y la vida de miles de dominicanos, dominicanas y afiliados de
cualquier nacionalidad, en su condición de trabajadores cotizantes, y los
afiliados del régimen subsidiado cuyo financiamiento es del Estado.
Este caso
plantea que deben ponerse en movimiento todos los medios de verificación y
veeduría social, que ponga en manos de la población y de las organizaciones
representativas de la sociedad, todas las informaciones de este desastre de
corrupción.
Igualmente, el
control y la veeduría social debe implementarse también en las ARS privadas,
que roban a los afiliados negando servicios, medicamentos y procedimientos
diagnósticos con el odioso “no cubre”, y el engaño de que “ya usted agotó su
cobertura”.
El tamaño del
hoyo financiero, moral e institucional producido por la corrupción es mayor a
lo establecido por las autoridades. A los costos financieros hay que agregar el
costo humano, las perdidas en salud y vidas producidas por los corruptos
colocados en la dirección del SENASA, los cuales, si bien no pagaran ni con las
penas máximas establecidas en nuestra legislación, por lo menos deberán cumplir
las condenas mayores, incluyendo penalidades económicas.
Los corruptos del
sector público representado por SENASA, así como por sectores del empresariado,
debe devolver lo robado, y además desagraviar con sus bienes el daño moral y económico
perpetrado contra SENASA. Por ello deben ser confiscadas sus cuentas,
bancarias, apropiados sus bienes y deshonrados civilmente, impidiéndoles ser
considerados para cargos en el Estado dominicano, impedirles tener créditos y
cualquier aval público.
Junto con la
demanda de enjuiciamiento sin ningún tipo de contemplaciones a los ladrones de
SENASA, el pueblo debe seguir luchando por un sistema de seguridad social y de
salud dignos, que proteja la salud de la población, que elimine las ARS y cree
un seguro nacional de salud que garantice medicinas y atenciones oportunas, de
calidad.