viernes, 26 de diciembre de 2025

Condena a todos los corruptos implicados en el caso de SENASA

 Por Gregorio Moya E.

Todos los sectores sensatos de la República Dominicana repudian los actos de corrupción y la mafia que actuó en SENASA, porque la corrupción es un cáncer criminal, que mata más que cualquier enfermedad, que enferma más que cualquier bacteria o virus, que produce más dolor y muerte que cual dolencia o lesión.

La corrupción es la peor enfermedad, es la muerte social, económica y física de la nación y del pueblo dominicano, y lo peor, es su muerte moral y espiritual, las peores formas de enfermar y morir que puede afectar a un pueblo.

La corrupción se nutre del dolor, la desgracia, la enfermedad y hasta la muerte de seres humanos, sobre todo de los más pobres y desvalidos a los que este sistema económico y social condena injustamente al abandono después de extraerles con la explotación ganancias que se apropian minorías sociales y mafias políticas.

La corrupción en SENASA es la peor de la injusticia y del robo, corrupción que no podemos tolerar, corruptos que deben pagar, todos, sin excepción. La condena a la corrupción no debe detenerse ante ningún despacho, poder o figura.

La condena a la corrupción en SENASA no debe moderarse ni ser permisiva por negociación alguna. La condena a todos los corruptos no puede ser disminuida ni limitada, sean funcionarios públicos corrompidos o empresarios del sector privado corruptores los implicados. No puede ser disminuido ni limitado el peso de la justicia ante todos los corruptos, ante los que por comisión u omisión permitieron que por cinco años desfalcaran a SENASA y pusieran en mayor riesgo la salud de los millones de afiliados, afectados en sus finanzas, salud y hasta la vida.

Todas las organizaciones sociales, populares, sindicales consecuentes, de mujeres y jóvenes, deben abrazar la demanda airada de la población acerca de la necesidad de castigar a todos los que participaron del fraude montado en SENASA. El trato diferenciado a corruptos de la misma calaña es una injusticia, y es además impunidad oficializada por el sistema de justicia. Todos los corruptos deben ser medidos por la misma vara y pagar con cárcel, devolver lo robado con penalización de sus bienes.

La población debe oponerse a que los funcionarios corruptos y empresarios corruptores devuelvan solo una parte de lo robado como el ministerio público viene actuando con los corruptos. Los ladrones de SENASA deben devolver todo lo robado, y deben ser expropiados sus bienes como condena adicional a sus crímenes contra la salud y la vida de miles de dominicanos, dominicanas y afiliados de cualquier nacionalidad, en su condición de trabajadores cotizantes, y los afiliados del régimen subsidiado cuyo financiamiento es del Estado.

Este caso plantea que deben ponerse en movimiento todos los medios de verificación y veeduría social, que ponga en manos de la población y de las organizaciones representativas de la sociedad, todas las informaciones de este desastre de corrupción.

Igualmente, el control y la veeduría social debe implementarse también en las ARS privadas, que roban a los afiliados negando servicios, medicamentos y procedimientos diagnósticos con el odioso “no cubre”, y el engaño de que “ya usted agotó su cobertura”.

El tamaño del hoyo financiero, moral e institucional producido por la corrupción es mayor a lo establecido por las autoridades. A los costos financieros hay que agregar el costo humano, las perdidas en salud y vidas producidas por los corruptos colocados en la dirección del SENASA, los cuales, si bien no pagaran ni con las penas máximas establecidas en nuestra legislación, por lo menos deberán cumplir las condenas mayores, incluyendo penalidades económicas.

Los corruptos del sector público representado por SENASA, así como por sectores del empresariado, debe devolver lo robado, y además desagraviar con sus bienes el daño moral y económico perpetrado contra SENASA. Por ello deben ser confiscadas sus cuentas, bancarias, apropiados sus bienes y deshonrados civilmente, impidiéndoles ser considerados para cargos en el Estado dominicano, impedirles tener créditos y cualquier aval público.

Junto con la demanda de enjuiciamiento sin ningún tipo de contemplaciones a los ladrones de SENASA, el pueblo debe seguir luchando por un sistema de seguridad social y de salud dignos, que proteja la salud de la población, que elimine las ARS y cree un seguro nacional de salud que garantice medicinas y atenciones oportunas, de calidad.