sábado, 30 de noviembre de 2024

La seguridad en el trabajo de construcción se logrará con la lucha

Por Gregorio Moya E.
El Ministerio de Trabajo de la República Dominicana ha ordenado la paralización inmediata de las labores de construcción en una torre ubicada en el sector Piantini, tras identificar graves irregularidades en los procesos constructivos que representaban un riesgo significativo para la vida y seguridad de los trabajadores, según informan los diarios del 24 de noviembre de 2024. Esta decisión se produce después de un accidente en el que perdió la vida un trabajador de nacionalidad haitiana.
La suspensión fue determinada por el Ministerio de Trabajo luego de una exhaustiva inspección técnica, encabezada por el director de Coordinación de Inspectoría de Trabajo del Ministerio, Juan Ramón Ventura, quien confirmó que la constructora involucrada incumplió importantes regulaciones legales. El sector de la construcción es uno de los más propensos a accidentes laborales, especialmente mortales. La Organización Internacional del Trabajo estima que cada año ocurren aproximadamente 355,000 accidentes laborales mortales a nivel mundial, de los cuales al menos 60,000 se producen en obras de construcción, lo que representa cerca del 17% del total. (1) La escasa importancia que a veces se le asigna a la seguridad y salud en el trabajo en las obras surge de dos ideas arraigadas en el sector: (a) la construcción es una actividad peligrosa y, por lo tanto, los accidentes son inevitables; y (b) los accidentes laborales tienen poco impacto en los beneficios empresariales.(2)
Una característica del mercado laboral en el sector construcción es su informalidad. La contratación informal se da incluso entre empresas formalizadas para evitar compromisos con los derechos laborales, lo que resulta en pagos inferiores a lo establecido por ley y la falta de contribuciones a la seguridad social. Esto lleva a la contratación de mano de obra extranjera, principalmente haitiana, que es más económica y con la cual no se tienen compromisos laborales. Además, no existe un registro real de accidentes laborales debido a que aproximadamente el 54% de la población ocupada trabaja en la informalidad, cifra que es aún mayor en el sector construcción. Los datos estadísticos oficiales sobre accidentes laborales en este sector no representan adecuadamente la realidad; solo se reportan incidentes que afectan a menos de la mitad de la población trabajadora dominicana.(3)
La explicación del reciente accidente y la alta accidentalidad en el sector construcción radica en el afán de lucro presente en este contexto capitalista, donde se desatienden los derechos laborales y se generan condiciones propicias para accidentes fatales. Los accidentes laborales que frecuentemente cobran la vida de humildes trabajadores son consecuencia del deseo de maximizar ganancias a expensas de la seguridad y salud laboral. Como ha dicho el Papa Francisco: "El capitalismo es una economía que mata". La lucha por reducir los accidentes laborales y las muertes relacionadas con las condiciones laborales es parte integral del conflicto entre trabajo y capital; no es simplemente un asunto técnico o legal, sino una cuestión de lucha de clases. Los accidentes laborales son prevenibles; las lesiones, discapacidades y muertes son evitables. Estos incidentes son resultado de injusticias inherentes al modo de producción capitalista y reflejan la indiferencia por parte de las autoridades competentes.
La lucha contra los accidentes laborales representa una búsqueda por justicia frente a relaciones laborales que generan muertes prematuras, enfermedades y discapacidades temporales o permanentes. Es una lucha contra el sufrimiento causado por la explotación. Esta defensa por reducir los accidentes laborales implica también proteger los derechos de todos los trabajadores, sin importar su nacionalidad. La solidaridad entre trabajadores debe basarse en la dignidad humana y en los derechos fundamentales. En esta lucha no hay lugar para divisiones políticas, religiosas o raciales dentro de la clase trabajadora. No hay espacio para nacionalismos ni campañas de odio que están tan presentes hoy en día.
Notas: (1) Alberto L.V., “Panorama internacional de la seguridad y salud en el trabajo (SST) de construcción. El criterio de la OIT”, OIT 2003 
(2) Alberto L. V., Oficina Internacional del Trabajo (OIT), “Seguridad y salud en el trabajo de construcción: el caso de Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú”, OIT. 2000. 
(3) Cano, J.L; Neris, K. Situación de la Seguridad en la Construcción en la República Dominicana. 12th International Conference on Project Engineering. Atenas, Grecia. 2022

lunes, 25 de noviembre de 2024

Ciudad sanitaria, un caso de lo que no se debe hacer en inversión pública

Por Gregorio Moya E.
El proceso de construcción inconclusa de la ciudad sanitaria es un caso de estudio en cuanto a la inversión pública, un maestro negativo, un ejemplo de lo que no se debe hacer en inversión pública, y mucho menos en un sector tan complejo como el de la salud. Un proyecto ambicioso sin planificación La Ciudad Sanitaria Luis Eduardo Aybar es un complejo hospitalario cuya construcción fue contratada el 8 de julio de 2013, con un costo inicial de RD$6,993,757,022.28. A la fecha, la inversión supera los RD$18,000 millones, tres veces más de lo presupuestado, y aún falta concluir el hospital clínico-quirúrgico y garantizar que las demás instalaciones funcionen a plena capacidad. Se han realizado tres adendas al contrato original, lo que evidencia la falta de planificación de la obra, una situación que constituye un grave perjuicio a los recursos públicos. La entonces directora de la Dirección General de Compras y Contrataciones, Yokasta Guzmán, determinó que era necesario realizar un nuevo proceso de contratación, pero no actuó en consecuencia, dejando de lado su responsabilidad.
Este proyecto forma parte de los numerosos casos de corrupción durante los gobiernos del PLD, caracterizados por una gestión desorganizada y desmedida corrupción que dilapidó recursos y frenó oportunidades para un desarrollo con bienestar El proyecto abarca 152,000 m² distribuidos en 12 edificios, entre ellos: • Hospital Clínico-Quirúrgico (6 niveles) • Edificio de Imágenes (5 niveles) • Hospital Materno Infantil (7 niveles) • Nueve edificios de soporte
El complejo está diseñado para albergar aproximadamente 1,000 camas distribuidas en diversas especialidades. A pesar de utilizar la metodología BIM (Building Information Modeling) para una gestión más eficiente, la obra ha estado marcada por la opacidad. En junio pasado, el Ministro de Vivienda y Edificaciones informó que, a diferencia de lo declarado por Danilo Medina (98% de avance), la obra estaba completada en un 73% y actualmente se encuentra en un 85%, un progreso limitado debido a problemas legales con contratistas.
Falta de estudios de preinversión hospitalaria La construcción de una infraestructura hospitalaria requiere estudios previos para evaluar la viabilidad desde el punto de vista poblacional, ambiental, social y de movilidad. Estos análisis no se realizaron, ni se alineó la obra con el modelo de atención de la República Dominicana, el modelo de redes de servicios que contempla la forma de organización del sistema de salud.
Pérdidas económicas y en salud La no terminación del proyecto ha generado pérdidas económicas significativas, como el deterioro de instalaciones y equipos sin uso, muchos de los cuales han perdido su garantía. Además, la delincuencia ha causado daños por la falta de seguridad, incluyendo el robo de equipos y materiales costosos.
En términos de salud, las pérdidas son aún mayores. Se estima que la Ciudad Sanitaria podría ofrecer hasta 15,000 consultas diarias una vez terminada, ampliando considerablemente la cobertura y calidad de atención en el país. Servicios especializados proyectados • Hospital Materno Infantil: 196 camas, incluidas 74 para cuidados intensivos neonatales, quirófanos obstétricos y servicios prenatales y postnatales. • Unidad de Fisiatría: Terapias avanzadas como hidroterapia. • Odontología: Desde profilaxis hasta cirugía maxilofacial. • Laboratorio clínico: Capacidades avanzadas, incluyendo pruebas para trasplantes. • Servicios de imágenes: Diagnósticos con resonancia magnética, tomografía, y tecnologías integradas con inteligencia artificial para análisis de precisión. Continuar la lucha por su carácter público
El carácter público de este complejo hospitalario está en riesgo debido a intentos de privatización promovidos por sectores financieros y de salud. Es esencial que la ciudadanía mantenga la vigilancia y movilización hasta que el proyecto sea concluido y garantizado como un servicio público.